Ella

Ni me acuerdo hace cuánto la vi por primera vez. Recuerdo que era en una cosa "cultural" de la universidad (lamentablemente cultural a menudo significa gratuito, desorganizado y rancio). No no mentira, esa fue la segunda vez.

La primera fue cuando acompañé a un buen amigo (que estaba enamoradísimo de ella) a verla. Era de noche y la estábamos esperando afuera de su clase de baile o algo así. A pocos metros, un par de pajúos la esperaban también, e intercambiamos miradas intimidatorias y territoriales. Les hubiera buscado problema de no ser porque se veían más grandes y más fuertes. Pero la cosa era que ellos eran los pajúos y nosotros no.

Mi amigo me había comentado que veía a esta chama inalcanzable, que siempre tenía a muchos becerros detrás, que nunca en el mundo le iba a parar bolas. Yo le infundía valor, porque empezábamos semestre, porque era justo que nuestras malas rachas llegaran a su fin, porque acababa de volverme salsero y le aseguraba que seríamos hacha y machete, igualitos a Willie y Héctor. No lo decía por decirlo, sino porque así es, porque la confianza lo es todo, la actitud, la autoestima, la vaina. Me lo creía, y creo que también lo convencí un poco.

Entonces vino Ella y salió derechita hacia los pajúos. Ve pues, salúdala, pero el saludo de Ella hacia el pajúo más grande había sido un abrazo efusivo y él verga que chimbo, y yo no le pares, es un bobo, pero el otro pajúo le dio vueltas en el aire mientras la abrazaba y yo que lo miro y le digo ese es su amigo gay, pero Ella le da un piquito y mi amigo maltripeando, vámonos, y el malnacido nos mira por encima del hombro, arrogante y triunfal, y Ella que ni nos había visto y mi amigo cabizbajo y yo que empecé a darme cuenta que no éramos ni hacha ni machete ni un coñodelamadre.

Esa vez no la vi bien, estaba oscuro y sobretodo era la futura jeva del pana, y eso se respeta. La segunda vez, un par de meses después, fue cuando me aturdió. También era de noche, estábamos en la broma cultural viendo un performance piedrero y viene mi amigo (ya con novia para ese entonces) y me la señala con la boca. La divisé como a 10 metros de distancia, diametralmente opuesta a donde yo me encontraba, viendo interesadísima la actuación malbañada, intensa y cultural de los panas.

Y desde entonces decidí que era Ella.

Ella, que tiene unos ojotes, una narizota, una melena castaña. Ella, que es flaca, bajita, hipposa, preciosa. Ella, que mis amigotes dicen que es cualquier vaina, normal tirando a fea. Ella, que si averigua cuántas veces he visto sus fotos de facebook, me demanda o me pone una orden de restricción. Ella, que aparte tiene un novio maldito que si lo veo lo mato. Ella, que básicamente no sabe que existo. Ella, ésa misma es.

Muchas veces me la han querido presentar, y siempre he salido corriendo. No lo digo en sentido figurado, apenas me dicen eso, agarro y salgo volando. Pero no por cobarde, no. Bueno, un poquito, pero también es que es Ella pues, no cualquier chama nula que me parezca atractiva. A Ella tengo que conocerla de forma épica, novelezca, o por lo menos memorable. Cuando camino por la Universidad y veo que Ella viene en sentido contrario, inflo el pecho y voy con la frente en alto, pero cuando el cruce es inminente, bajo la cabeza, me escudo en mi pelo y me pongo a escribir mensajes de texto falsos. Ahí si no tengo excusa, es cobardía.

Pero ya no más, me cansé, eso fue ayer. Hoy es hoy y Ella es Ella. Y afortunadamente, me conozco, y en el fondo sé que si ella no me para, aparecerá Otra.

Hasta entonces es y será Ella.

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