No soy un perro
Asumo que ustedes los han visto muchas veces, tirados en el medio o en el borde de las carreteras. La primera vez que vi uno, siendo niño aun, me sorprendió a sobremanera. No entendía por qué los carros pasaban inmutables, sin nadie que les prestara la menor atención. Desde ese día, observo fijamente cuando paso cerca de alguno. Siempre están como inflados, tiesos, con los miembros sorprendentemente rígidos e inertes. Un compañerito en séptimo grado se la pasaba encarpado con el espectacular culo de Lía y le apodaron pata de perro muerto. Pero bueno esa es otra historia.
Ahora bien, imaginen que van por la vía de lo más felices y de la nada PUM! un perro loco se atraviesa y se lo llevamos por delante. ¿Les ha pasado? ¿Qué han hecho o qué harían? Imagino que si el animalito está agonizando más de uno juraría que lo va a llevar a un veterinario. Otro se tomaría la molestia de terminar de matarlo para que no sufra más. Pero en mi hipotético caso de atropello vamos a suponer que el coñazo fue tan violento que matamos al can ipso facto, ¿Quién o quiénes serán los del estómago fuerte para llevarlos hasta el borde del camino? El bicho esta ahí, gediondo a muerto pues, caliente, sarnoso, un sangrero. Dígame si lo agarraron con un parachoque puyúo y oxidado y lo abrieron y hay un poco de tripas, una vaina. Hablando claro yo lo dejo ahí y ya.
De todas formas es (o era) un perro callejero ahí más feo que el coño que a nadie le importa y seguro portaba la rabia. Y al decir esto no pretendo ser polémico o ganarme el odio de aquellas personas que ayudan a los animalitos callejeros, ni tampoco de los que llenan los muros de fb con gatos y perros escoñetados a más no poder pidiendo que compartamos para crear conciencia. La cosa es que bueno, lo atropellé, sin querer pero atropellado y muerto al fin. Sigo mi camino pensando que ya está en el cielo, como todos los perros. No voy a tener pesadillas, no voy a pensar en sus cachorros bastardos, ni siquiera me voy a acordar mañana de que color era. Era un perro cacri como tantos otros feo con ganas y listo.
Pero ¿qué pasaría si me medio fijo y el perro era de raza? Y no cualquier raza, no un pincher o un pug o una vaina fea de ésas que sólo compran las mujeres para meterlos en la cartera. Imaginemos que es un juguetón y adorable Golden Retriever en su máximo esplendor quien está bañado en sangre. Un par de dientes romos, que nunca se hubiesen imaginado morder una mano humana, yacen rojos a pocos metros de su hocico. En sus ojotes adorables (todavía abiertos) noto con claridad como su corta vida perruna pasa frente a él. Lo veo cachorrito frente al árbol de navidad con su moño rojo, cagándose y orninando en todas partes, huyendo de un periódico enrollado que le provoca pavor, lamiendo la cara del niño de la casa, persiguiendo la pelota infinitas veces, y un largo etc.
Coye ahí sí. No les voy a negar que me da más pena que el cacri gediondo. Incluso esa noche no dormiría bien recordando los momentos bonitos que pasé con mi perro, el cual matamos hace poco. La gente dice sacrificar, pero un amigo me hizo darme de cuenta que no lo sacrificamos nada, lo matamos y ya. Estaba sufriendo pues, era viejo, y mi papá lo llevó a que lo puyaran y chao cheo. Pensé también en ese niño que no iba a tener nunca que "sacrificarlo" porque ya estaba bien muerto, pero él no lo sabía.
Encima, la mañana del día siguiente, veo pegada a un poste de luz una hoja impresa que dice SE BUSCA, con un sonriente Golden Retriever en primer plano, luego un número telefónico y la promesa esperanzadora de una jugosa recompensa.
Ahora sí me jodí yo, pienso.
Me intento convencer de que atropellé a un cacri especialmente bonito, o a un Golden que acababan de castrar y buscaba el suicidio inmediato en la carretera. Pero en el fondo sé que era el perro feliz de la foto. Si llamo, ¿Qué les voy a decir? No epa mira yo mate a su perro. Pero fue sin querer pues, el bicho se metió de loco. Conociendo mi suerte, seguro la dueña es la activista más activa de todas de PETA y es amiga de Diosdado o algo así, y de una u otra forma termino preso.
Pero vamos, que todo esto es hipótetico y por suerte no me ha tocado. Lo que sí me tocó hace un par de años fue observar un cuerpo humano inflado, manchado de sangre, tirado en la calle. Desorden público ya lo dijo (y hace tiempo, además): Dibujaron su muñequito de tiza en la acera, QUE PENA!
A los perros muertos los vemos, nos dan lástima, y seguimos con nuestra vida. Y nos acordamos de esos perros solamente cuando vemos a otro que yace muerto en la autopista.
Pero no soy, no somos perros.
Y no deberíamos morir como tal.
Ahora bien, imaginen que van por la vía de lo más felices y de la nada PUM! un perro loco se atraviesa y se lo llevamos por delante. ¿Les ha pasado? ¿Qué han hecho o qué harían? Imagino que si el animalito está agonizando más de uno juraría que lo va a llevar a un veterinario. Otro se tomaría la molestia de terminar de matarlo para que no sufra más. Pero en mi hipotético caso de atropello vamos a suponer que el coñazo fue tan violento que matamos al can ipso facto, ¿Quién o quiénes serán los del estómago fuerte para llevarlos hasta el borde del camino? El bicho esta ahí, gediondo a muerto pues, caliente, sarnoso, un sangrero. Dígame si lo agarraron con un parachoque puyúo y oxidado y lo abrieron y hay un poco de tripas, una vaina. Hablando claro yo lo dejo ahí y ya.
De todas formas es (o era) un perro callejero ahí más feo que el coño que a nadie le importa y seguro portaba la rabia. Y al decir esto no pretendo ser polémico o ganarme el odio de aquellas personas que ayudan a los animalitos callejeros, ni tampoco de los que llenan los muros de fb con gatos y perros escoñetados a más no poder pidiendo que compartamos para crear conciencia. La cosa es que bueno, lo atropellé, sin querer pero atropellado y muerto al fin. Sigo mi camino pensando que ya está en el cielo, como todos los perros. No voy a tener pesadillas, no voy a pensar en sus cachorros bastardos, ni siquiera me voy a acordar mañana de que color era. Era un perro cacri como tantos otros feo con ganas y listo.
Pero ¿qué pasaría si me medio fijo y el perro era de raza? Y no cualquier raza, no un pincher o un pug o una vaina fea de ésas que sólo compran las mujeres para meterlos en la cartera. Imaginemos que es un juguetón y adorable Golden Retriever en su máximo esplendor quien está bañado en sangre. Un par de dientes romos, que nunca se hubiesen imaginado morder una mano humana, yacen rojos a pocos metros de su hocico. En sus ojotes adorables (todavía abiertos) noto con claridad como su corta vida perruna pasa frente a él. Lo veo cachorrito frente al árbol de navidad con su moño rojo, cagándose y orninando en todas partes, huyendo de un periódico enrollado que le provoca pavor, lamiendo la cara del niño de la casa, persiguiendo la pelota infinitas veces, y un largo etc.
Coye ahí sí. No les voy a negar que me da más pena que el cacri gediondo. Incluso esa noche no dormiría bien recordando los momentos bonitos que pasé con mi perro, el cual matamos hace poco. La gente dice sacrificar, pero un amigo me hizo darme de cuenta que no lo sacrificamos nada, lo matamos y ya. Estaba sufriendo pues, era viejo, y mi papá lo llevó a que lo puyaran y chao cheo. Pensé también en ese niño que no iba a tener nunca que "sacrificarlo" porque ya estaba bien muerto, pero él no lo sabía.
Encima, la mañana del día siguiente, veo pegada a un poste de luz una hoja impresa que dice SE BUSCA, con un sonriente Golden Retriever en primer plano, luego un número telefónico y la promesa esperanzadora de una jugosa recompensa.
Ahora sí me jodí yo, pienso.
Me intento convencer de que atropellé a un cacri especialmente bonito, o a un Golden que acababan de castrar y buscaba el suicidio inmediato en la carretera. Pero en el fondo sé que era el perro feliz de la foto. Si llamo, ¿Qué les voy a decir? No epa mira yo mate a su perro. Pero fue sin querer pues, el bicho se metió de loco. Conociendo mi suerte, seguro la dueña es la activista más activa de todas de PETA y es amiga de Diosdado o algo así, y de una u otra forma termino preso.
Pero vamos, que todo esto es hipótetico y por suerte no me ha tocado. Lo que sí me tocó hace un par de años fue observar un cuerpo humano inflado, manchado de sangre, tirado en la calle. Desorden público ya lo dijo (y hace tiempo, además): Dibujaron su muñequito de tiza en la acera, QUE PENA!
A los perros muertos los vemos, nos dan lástima, y seguimos con nuestra vida. Y nos acordamos de esos perros solamente cuando vemos a otro que yace muerto en la autopista.
Pero no soy, no somos perros.
Y no deberíamos morir como tal.
Comentarios
Publicar un comentario