FLAMINGO 7049 - Parte 3

Antes de abordar, vuelvo por última vez al baño, y me limpio el grasero de la cara y de las manos. Había un jabón líquido en un potecito plástico de arroz chino, y pese a que tenía pinta de maldita sea, no dude en usarlo. (Ven que sí soy macho?? por lo menos, temerario). Saliendo, dejo dos mil bolos en la cajita de cartón y la señora que limpia me elogia el pelo. Muy chévere ella, la verdad.

Apenas llego a mi sitio, el cambio de temperatura se hizo sentir fuertemente. Me abrigo de la mejor forma posible y consigo ese equilibrio místico tan anhelado unas horas antes. Al poco tiempo me invade un sueñito sabroso y no tardo en quedar jeteado.

Aquí les podría narrar un sueño interesantísimo (lleno de aventura y amor, por supuesto) o alguna pesadilla que involucre un accidente busáseo, pero no, la más pura verdad es que dormí como tres horas y soñe negro, como usualmente lo hago. Me gustaría decir que fue una siesta placentera, y quizá lo fue, pero lo cierto es que se vio opacada por el motivo de mi repentino despertar. Un dolor de barriga cabilla, bandera, verdaderamente arrecho.

Me retorcí de dolor en silencio unos pocos minutos, como buscando atrasar lo inevitable. Cuando ya el panorama era inminente, tuve que tomar apresuradamente una decisión. Tuve un breve debate interno sobre cuál iba a ser mi papel higiénico (obviamente, mi Condorito nisiquiera era una ópcion). Los candidatos estaban en el cuaderno de clase: Las hojas en blanco (que no eran muchas, los ambientalista me odiarían), las páginas llenas de dibujitos épicos que dibujaba en clases (sobretodo espadas medievales y alas de ángeles un pelo deformes) y las clases de primer semestre de expresión escrita (sin comentarios). Como dije antes, no me llevó mucho tiempo elegir al postulante más adecuado. No hace falta les diga cuál fue.

Pero si alguno pensó que fueron los dibujos, no me conocen. Quizá algún día valgan millones, quién sabe.

La cosa es que llegué al baño con medio topo afuera. No llevé suficiente papel para hacer el viejo truco que todas las mamás del mundo nos enseñan cuando somos niños (poner papel en los bordes de la poceta, para no ensuciarte los muslos) y me sentí idiota por no haber cargado con el cuaderno completo. De igual forma no había manera de volver (era demasiado tarde) y tuve que procurar evacuar en cunclillas. Mis piernas no son las mismas de antes (cuando era un muchacho activo y un futbolista entregado) y precisamente fueron ellas las que se llenaron un poco de pipí ajena cuando mis fuerzas flaqueaban. Mi organismo me recriminaba con toda su furia la arepa y la malta, apenas podía manterme (cuando uno está en el baño, el bus se tambalea más. Ése es el malparido de Murphy) y me sudaba hasta el bigote.

Debo reconocer que hacer pupú en esas condiciones es una de las cosas mas extremas que he hecho y no se lo deseo a nadie.

Al volver a mi puesto, todavía estaba sudando frío y me volvió el malestar. El emo estaba despierto y al verme en esas condiciones, ni se molestó en disimular su sonrisa burlona. En otra ocasión lo habría vuelto mierda, pero en tal estado, creo que él me hubiese reventado. Sin la menor reserva de energía, caigo rendido.

Pero me despierto y vomito sobre mis cosas.

Jajajajajaja mentira, pero les juro que fue prácticamente lo único que me falto.

Los chillidos del bebé de atrás me despertaron a eso de las 10, y cuando me asomé por la ventana descubrí que estaba por El Vigía. "Falta poco"pensé, y me acordé de la propaganda de mayonesa, y me acordé de la arepa, y me dolío la barriga nuevamente. Intenté seguir durmiendo con toda mi fuerza de voluntad y lo conseguí, pues lo siguiente que vi fue a la gente parándose y abandonando el 7049.

Cuando piso tierra, no puedo creer que lo he logrado. Se baja un compañero de clase que no había visto (asumí que le tocó arriba) con el semblante relajado. Le pregunté si se había bajado en la parada : No marico, me dormí a mitad de película y seguí de largo hasta ahorita, y tú???

Sí, yo también.